
La concepción de un niño se inscribe en un ciclo natural extremadamente preciso cuyo término será la fecundación de un óvulo por un espermatozoide. La posibilidad de fecundar el ovocito sólo se produce una vez al mes, en el medio del ciclo femenino. Es lo que se llama el período de ovulación y corresponde a la salida de un óvulo del ovario humano. Tras su expulsión, la duración de vida de un óvulo es de sólo 24 horas. La calidad del esperma es un factor crítico del proceso.
Producido en el momento de la eyaculación durante la cópula, el esperma contiene :
A la inversa de las mujeres que nacen con todos los óvulos de los que dispondrán en toda su vida, los hombres producen permanentemente nuevos espermatozoides. La reserva de espermatozoides se renueva más o menos cada 72 días. El hombre produce más de 100 millones de espermatozoides cada día. Desde la eyaculación del esperma hasta la fecundación del óvulo, los espermatozoides tendrán primero que escalar la mucosidad presente en el cuello del útero en el periodo de ovulación, y después subir en las trompas propulsándose con la ayuda de los flagelos. Llevado a la talla de un espermatozoide (0,07 mm de largo,) este itinerario representa un viaje de la tierra a la luna. Nuestros nadadores realizan esta migración a la velocidad de 50 micrómetros por segundo. Este itinerario tomará entre 45 minutos para los espermatozoides más ágiles y 12 horas para los más lentos.
Varias decenas de millones de espermatozoides se presentan al nivel de la mucosidad cervical, pero sólo algunos millares llegan cerca del óvulo y al final uno solo fecundará el ovocito. La selección de los espermatozoides se hace según su motilidad, pero también de su morfología para pasar sin dificultad en la red de filtración que forma la mucosidad cervical.
Llegados al óvulo, los espermatozoides supervivientes buscan abrirse paso. Para ello, golpean la superficie del óvulo con el acrosoma. Esta micro bomba química constituida por enzimas activas, disuelve una parte de la capa protectora para crear una abertura. El espermatozoide elegido se cuela entonces agitando nerviosamente su flagelo. Una vez que ha penetrado en el interior del óvulo, la puerta se vuelve a cerrar, bloqueando de este modo la entrada a los otros espermatozoides.
En el interior del óvulo, el material genético contenido entonces en la cabeza del espermatozoide fusiona con el del óvulo. El día siguiente 23 pares de cromosomas se forman a partir de la combinación de 23 cromosomas procedentes del óvulo y de 23 cromosomas procedentes del espermatozoide, el embrión ha nacido. Ocho semanas más tarde el embrión se hace feto. Su hijo llegará siete meses más tarde.